jueves, noviembre 23, 2006

A la chica del dibujo...

Mi querida amiga del dibujo:

Siento que ayer la cosa terminara de aquella manera. Pero lo siento de forma relativa. Porque, por mucho que me pese - y me pesa mucho más a mi que a ti, te lo puedo asegurar -, era necesario que yo supiera y que tú te decidieras. Al final, en todo esto, lo importante es que consiguieras decidirte. Y espero que hayas decidido bien, que tengas una vida plena, llena de amor y felicidad. No se puede mantener la ficción de que no pasa nada, que es posible mantener un juego sin que se pague prenda por ello, por mucho que el juego nos halague, no porque crea que jugar sea malo, todo lo contrario, eres tú quien piensa que jugar es malo. Y si es así, no lo hagas, porque ayer no pasó nada, pero podría haber pasado... sino hubiera sido yo, cosa que también me preocupa. Porque sino hubiera sido yo hubieses terminado llorando, o alguna cosa peor. Y creo que es lo suficientemente preocupante como para que te plantees no volver a hacerlo, a no ser que estés dispuesta a afrontar lo que provoque. Y me consta que no estás dispuesta. Sé que ahora estás indignada, y que es posible que esto que te voy a decir te cabree mucho más, pero me puedes seguir considerando tu amigo. No sería tu amigo sino fuera capaz de ver con la suficiente perspectiva y frialdad que es necesario y bueno para ti, bajo mis parámetros, que no son los tuyos - en gran parte porque vives en el mundo de la gominola -, aunque sea malo para mi o aunque tenga un costo propio para que tú seas feliz. Puede que ahora no lo entiendas, sé que ahora no lo entiendes, pero es así.

En lo sucesivo te dejaré un sobre en recepción. No me olvido de nuestra "transacción". Vive mucho, y vive según tus convicciones, no hagas trampa o es posible que te encuentres con alguien mucho peor que yo preguntándote que tienes que hacer hoy, a las nueve de la noche.

P.D.
Echaré de menos hablar contigo...

8X


Sigue leyendo... si quieres

jueves, noviembre 02, 2006

Apariencias y apetencias

Niñas y niños, no a mucho alguien me echaba en cara una frase que dije sobre el físico de las personas. La frase exacta fue que no me veía acostándome con una persona que tuviera exceso de peso. Desafortunadamente es cierto que la dije. Imaginaba que el sexo con una persona que tuviera exceso de peso sería incómodo y, para que voy a negarlo, el exceso de peso no era algo que me fuera muy atractivo. Pero como la frase la dije en el año de la parrala, y quien me la echó en cara fue una amiga en relación a otra amiga, cuyas razones para hacerlo eran, y siguen siendo evidentes, pues como que le di la importancia justa que tenía.

Lo cierto es que esta víspera de todos los santos, tomando una copa en un antro de perdición en donde había un concierto de F.R. Davis (que para quien no sepa quien es le aconsejo que se trinque algún recopilatorio de música de los 80), conocí a un alegre grupo de chicas que celebraban su renovación de contrato en la Administración Pública. No sé muy bien porqué terminé hablando con una de ellas sobre un tatuaje cuyo borde asomaba indiscretamente por su generoso escote. Aunque las demás hacían intentos por mantener una conversación, yo siempre volvía a hablar con la chica del tatuaje. Creo que lo que me atrajo de ella fue su risa franca - es raro pero, normalmente, nos reímos de forma comedida, contenidos. Es extraño escuchar carcajadas, y cuando pasa inmediatamente contagia sonrisas a las personas que las escuchan- y sus ojos verde claro que miraban con la misma franqueza que sonaba su risa.

Cuando terminó el concierto sus amigas se fueron despidiendo en un goteo que duró aproximadamente una hora. Nosotros apuramos las copas hasta que, con la amabilidad característica, un camarero nos echó.
- ¿Te llevo a casa?-
- No pensarías dejarme tirada aquí.- risas.
- Espera, que paro un taxi...-
- No hace falta. Vivo dos calles más arriba.- más risas. Llegamos al portal en un santiamén. - Este es el mío. ¿Quieres subir a tomar... er...? Bueno, ¿Quieres subir?-
- Me encantaría.- vivía en el segundo piso, pero a partir del rellano se hizo evidente que sino nos dábamos prisa no llegaríamos vestidos a su puerta.

El sexo estuvo muy bien y, además, fue divertido y muy tierno. A las siete de la mañana preparé tostadas y café con un gato de angora que me observaba desde el poyo de la cocina como si yo fuera un alienígena, mientras me afanaba, en pelota picada, para no hacer ruido - a propósito, el gato se llama Madler (jajajajaja)-.

El olor a café la despertó. Me miró como extrañada. - Todavía estás aquí.- dijo mientras se incorporaba.
- Si sé que te molestaría verme aquí, me hubiera marchado.- dije colocando la bandeja más cerca de ella.
- No, no es eso, es que normalmente cuando he traído a alguien de noche, por la mañana ya no está...-
- No me creo una palabra.-
- ... es porque se despiertan, me ven durmiendo al lado a la luz del día y escapan horrorizados.- casi se atraganta al intentar reírse y comer una tostada al mismo tiempo. A mi no me hizo ninguna gracia.
- No creo que seas horrorosa.- ella me miró un momento antes de proseguir.
- No busco nada serio, sólo...-
- Yo también estoy en esas.- dije con una sonrisa. - ¿Te ha dicho alguien que es una estupidez taparse el pecho tan pudorosamente con la sábana delante de la persona con la que has estado follando toda la noche, sobre todo cuando esta habla contigo sentada en el borde de la cama en pelota picada y con media prometedora erección?- pregunté mientras tiraba poco a poco de la sábana y ella volvía a sonreír dejándose hacer.
- Me lo han dicho mucho.- me susurró en el oído.

Terminamos almorzandonos las tostadas y el café frío.

- ¿Me llamarás?- preguntó desde la puerta.
- Sólo si prometes coger el teléfono.- sonrió.
- Lo prometo.-
- Entonces, sí.- creo que la llamaré mañana, viernes, y, sino tiene planes, la invitaré a almorzar a mi casa, pollo a la cairatraca. Y, si logramos vestirnos a tiempo, después un cine, unas copas en el bar de un amigo y la acompañaré a su casa, a ver si me enseña otra vez el tatuaje al completo y logro desentrañar que me quiere decir Madler con esa penetrante mirada, ¿La verdad está ahí fuera?

P.D.
A ella también se lo dije y casi se mea encima. No tenía ni idea que los tangas dieran tanto de si...

8X


Sigue leyendo... si quieres